<img src="http://salon.glenrose.net/img/mangerstampede.gif" alt="Secularizacion">
La secularización podría ser entendida como “la emancipación del ser humano de toda tutela religiosa, la liberación de la sociedad del control de las instituciones religiosas, la ruptura del pensamiento con los mitos como explicación de los fenómenos naturales y la desfatalización de la historia” (Tamayo, p.113). En estos términos, el objetivo de disciplinas como la historia a cambiado con el tiempo. Por ejemplo, en el siglo XIX se empieza a enfocar en explicaciones empíricas sobre los acontecimientos del pasado, y la religión deja de ser el concepto central de las explicaciones. Sin embargo, la secularización no se puede concebir únicamente como un proceso lineal, donde el pasar de los años va “secularizando” más a la sociedad. Un ejemplo de esto es Herodoto, [[Historiador antiguo]] de la Antigua Grecia, quien al ser un individuo de política (polis) logra una secularización de la memoria, donde ya no existe una historia divina (épica) sino una historia humana que tiene como protagonista el hombre (Durán, p.67), lo cual pone en evidencia la [[Función de la historia antigua]]. Esta excepción de la linealidad del proceso de secularización, cabe parcialmente dentro de la concepción clásica de secularización citada arriba, debido a que Herodoto sigue poniendo a los dioses en un lugar central, estos conforman la “causalidad total de la historia” (Duran p.107).
Al complejizar la definición ya presentada, es posible entender mejor la secularización en la [[Función de la historia actual]]. Esta mayor definición, incluye los términos de “diferenciación, racionalización y mundanización” (Frigerio, p.44). Lo primero tiene que ver con la pluralización de la religión, ahora hay un conocimiento de la existencia de miles de religiones que ha causado un “colapso de la cosmovisión” (Frigerio, p.44) ya que varias religiones han presentado distintas teorías sobre la interpretación del universo. El segundo, hace más referencia a la disciplina histórica o de otras ciencias, y establece la racionalización de las funciones sociales de estas academias. por último, la mundanización que ha convertido a las instituciones e individuos (incluso religiosos) en seres utilitaristas, pragmáticos y lejanos a la espiritualidad.
Todo lo anterior demuestra, que han existido diferentes procesos de secularización, y que estos han determinado la cotidianidad, las instituciones y las diferentes disciplinas como la historia. Por eso, la sociedad de hoy piensa que “todo lo que tenga un barniz científico, aunque sea solo un disfraz, se hace aceptable” (Cairus, p.9). Esto marcó el inicio de la historia positivista del siglo XIX, y el oficio del [[Historiador actual]], pero no influyó de ninguna manera la “secularización” que se dio con las polis en tiempos de Herodoto.
Frigerio, Alejandro. "Secularización y nuevos movimientos religiosos." Boletín de lecturas sociales y económicas 2.7 (1995): 47.
Caïrus, Aecio E. "Dimensiones de la secularización." Enfoques 5.1 (2017): 6-10.
Tamayo, Juan José. "Modernidad, Secularización Y Crisis De Dios." Pasajes, no. 16 (2004): 112-21. http://www.jstor.org.ezproxy.uniandes.edu.co:8080/stable/23075731.
de Halicarnaso, Herodoto. "Los nueve libros de la historia." Trad. Padre Bartolomé Poú (1727-1802) 1 (2000): 75.<img src="https://quotefancy.com/media/wallpaper/3840x2160/1596837-Marc-Bloch-Quote-But-history-is-neither-watchmaking-nor-cabinet.jpg" width="500" height="300">
Para poder definir qué hace un historiador actual, se va a tomar en cuenta las definiciones dadas por Edward Carr y Marc Bloch personajes determinantes para conformación de una [[Función de la historia actual]] , lejana del siglo XIX en cuanto a las interpretaciones, funciones y objetivos.
La relación entre pasado y presente es determinante para un historiador actual. Por un lado, Bloch dice que existe un grado de dependencia entre pasado y presente, esto se puede resumir con una frase de Carr al decir que existe un diálogo entre presente y pasado (p.40). Así, queda claro una necesidad de analizar el presente para tener una mayor comprensión del pasado.
En las últimas décadas se ha visto una evolución de las técnicas de los historiadores. Carr expone la importancia del método empírico, donde se debe seleccionar y ordenar los hechos adecuados. La escuela francesa también apoya este método pero se diferencia en que le da importancia a la cotidianidad y las mentalidades. Por esto se puede inferir que, la aplicación de nuevas metodologías y técnicas son necesarias para el desarrollo de la historia.
Otra de las principales cualidades del historiador contemporáneo es la facultad de asimilar lo vivido y se enfocan mucho en las experiencias cotidianas. Esto está muy relacionado con Carr, cuando en su texto a Oakeshott, dice que el único en poder de hacer historia es el historiador a través de sus experiencias.
De las características más importantes de un historiador, el análisis de fuentes es uno de los puntos centrales. Para Carr, quien era empirista, las fuentes son centrales en la historia porque se requiere un objeto de análisis e interpretación. Por otro lado, los franceses empiezan a considerar otro tipo de documentos como fuentes históricas. Ambas escuelas consideran que es el historiador es quien asigna la condición de hechos históricos a través de un proceso selectivo e interpretativo.
Lo último es uno de los principales puntos de quiebre con la historia del siglo XIX, ya que para los historiadores decimonónicos la interpretación de los hechos busca contar la historia como realmente paso. De igual forma, también es evidente este objetivo en la [[Función de la historia antigua]], pero además los hechos juegan el papel de justicia divina que en Heródoto, [[Historiador antiguo]] será “aquella realidad organizada según un orden fijo, que se refleja en costumbres y disposiciones jurídicas” (Duran, p85) y por eso, todo tiene una razón de ser.
Carr Edward H,¿Qué es la Historia? Editorial Ariel, 2001, España, 49 - 76
Bloch, Marc Apología para la historia o el oficio de historiador. Editorial Fondo de Cultura Económica, 2001, México, 53 - 74
Durán, N. (2001). Formas de hacer la historia. México: Ediciones Navarra, pp.41-141.
En el siglo XIX se trató de encontrar un relación directa entre los historiadores de la época y el Historiador antiguo. Sin embargo, esto ha sido reevaluado por el [[Historiador actual]] que ha encontrado una importante brecha entre la forma de hacer historia en la antigüedad y la [[Función de la historia actual]]. Esto no significa que los historiadores de la antigüedad no hayan existido, y no hayan cumplido con una [[Función de la historia antigua]], la cual se resume muy bien en el siguiente video https://youtu.be/Q-mkVSasZIM <video src="https://youtu.be/Q-mkVSasZIM" width="640" height="480">
</video>.
Herodoto, quien por muchos años fue considerado el padre de la historia, hoy dejó de cumplir ese papel, pero siguen evidentes características de su forma de hacer historia y sus objetivos. Una de las interpretaciones que se le ha hecho es que ha asumido “el cometido de mantener viva la memoria de los grandes hechos de los hombres, griegos y bárbaros” (Campos, p.93). Así, es evidente la necesidad de este historiador por inmortalizar los hechos y personajes que considero importantes, no solo los griegos sino también, con una sorprendente imparcialidad, se propone “a darle a cada uno lo suyo” (Gómez, p.6). Sin embargo, igual que en el presente existen opiniones cruzadas y disputas intelectuales, Herodoto encontró en Tucídides un oponente que lo calificó de mentiroso ya que no garantizaba la verdad del discurso y no hacía historia del presente (Campo, p.97). Esto es evidente en su libro VII cuando dice “por mi parte, debo contar lo que se cuenta, pero de ninguna manera debo creérmelo todo, y esta advertencia mía valga para toda mi narración”, en otras palabras el busca contar diferentes versiones de un hecho pero hay que ser precavido en creerse todas las posibilidades. Por esto, no cabe duda en afirmar que Tucídides no creía en esta forma de hacer historia.
Por último, cabe resaltar que Herodoto escribió desde la polis y, por esto, hay una [[Secularización]] y un intento por hacer narraciones más humanas, donde la obediencia y la mesura eran valores preciados. Además, hay una clara influencia de las épicas, porque ambas relatan un viaje, un conflicto pero con la diferencia que una es oral y la otra escrita (Duran, p.81), dado que Herodoto, como ya se mencionó, busca la inmoralidad de hechos que solo se puede hacer por medio de la escritura.
Gómez-Lobo, Alfonso. "Las intenciones de Herodoto." Estudios Públicos 59 (1995): 1-15.
Daroca, Javier Campos. "La envidia de los griegos. Aspectos de la memoria en la primera historiografía." Florentia Iliberritana 2 (1991): 93-98.
de Halicarnaso, Herodoto. "Los nueve libros de la historia." Trad. Padre Bartolomé Poú (1727-1802) 1 (2000): 75.
Durán, N. (2001). Formas de hacer la historia. México: Ediciones Navarra, pp.41-141.
La función de la historia actual dista en varios aspectos que lo que se consideró en el siglo XIX o en la [[Función de la historia antigua]]. Esta función está fuertemente ligada al [[Historiador actual]], ya que es él quien determina y hace la historia. Una de las principales razones de la historia es, “otorgar coherencia al pasado, seleccionando, singularizando hechos y personas” (Sisinio, p.12). Esto significa que un mal uso de la historia podría jerarquizar el pasado, por lo que la historia es considerada un arma usada por distintas instituciones y el Estado para legitimarse. Por esta razón, es importante que la historia sea una profesión tratada con toda la responsabilidad que merece, “no se puede ejercer de manera espontánea y sin mayor preparación” (Silva). Sin embargo, conocer la historia como realmente sucedió ya no se considera posible, de aquí que distintos autores como Renán Silva digan que “el pasado es un país extraño”, ya que siempre se va a encontrar detrás del velo de la subjetividad de quien lo estudia.
Otros historiadores como Robin G. Collingwood han afirmado que la historia sirve para el auto-conocimiento humano. Esto permite que se otorgue identidad a través del discurso histórico, “conocimiento” de lo remoto y los cambios del hombre en el tiempo. Sin embargo, y volviendo a la afirmación de Silva, esto solo se hace desde una interpretación indirecta. Es importante tener en cuenta que todos estos planteamientos responden a una concepción contemporánea de historia, ya que para la antigüedad o el antiguo régimen, la historia era la maestra de la vida o historia magistra, por lo que era imposible cuestinarla. Por último, en la actualidad la historia se ha expandido, en parte por la interdisciplinaridad pero también por nuevos temas de estudio, alejados de la historia de acontecimientos y personajes, y más cercano a una historia total.
Por lo anterior, se puede ver que la función de la historia en la actualidad se ha diversificado. Ya no busca mostrar las cosas como realmente pasaron, sino que hay mucho obstaculos y temas que determinan lo que se puede considerar historia. Ya no solo se trata de ciertos personajes o acontecimientos, sino que busca integrar más grupos (minorías) y disciplinas que mejoren la interpretación. Y ahora, es importante la profesionalización y responsabilidad al hacer historia, para que esta no pueda ser usada como arma o sustento de ciertos grupos. Se puede encontrar un buen ejemplo en el siguiente video https://youtu.be/nosJVTuCHFk <video src="https://youtu.be/nosJVTuCHFk" width="640" height="480">
</video>.
Garzón, Juan Sisinio Pérez. "Usos y abusos de la historia'." Gerónimo de Uztariz 17/18 (2002): 11-24.
Silva Renán José, and Universidad de los Andes (Colombia). Vicerrectoría de Investigaciones. Lugar De Dudas: Sobre La Práctica Del Análisis Histórico: Breviario De Inseguridades. Bogotá, Universidad De Los Andes, Vicerrectoría De Investigaciones, 2014.
Es evidente con Herodoto, que las formas de hacer y pensar la historia son distintas “vino después la noche y halló Jerjes inquieto y desazonado por el parecer de Artabano, y consultando con ella sobre el asunto, absolutamente se persuadió de que buena política no debía dirigirse contra Grecia”, esta cita ejemplifica la forma como Herodoto narra la historia de una forma literaria, principalmente porque en Grecia Antigua la historia era un genero de la literatura, lo que dinsta mucho de la forma como se escribe la historia-científica hoy. A diferencia de la [[Función de la historia actual]], la historia antigua tenía una concepción de historia magistra que correspondía con una historia retórica (Duran, p.102). Esto determinó la forma en que el [[Historiador antiguo]] investigaba y hacía sus textos. Sin embargo, se puede evidenciar cómo los historiadores decimonónicos vieron una herencia casi directa con Herodoto, quien narraba hechos y veía la funcionalidad de la historia como una maestra de la vida (donde hay seres superiores o griegos e inferiores o persas). Que esta retórica hubiera podido funcionar para el siglo XIX, -donde se buscaba la racionalidad (Duran p.52), una separación de sujeto y objeto (Carr, p.12), una búsqueda por las identidades nacionales recién creadas por parte de los poderes políticos (Sisino, p.12) que, a su vez, genero una invención del pasado jerarquizada-, se ha cuestionado por historiadores contemporáneos en libros como Orientalismo de Edward W. Said y Atenea Negra de Martin Bernal.
De esta nueva literatura, se ha mostrado más claramente la distancia con la Antigua Grecia, donde la historia retórica “poco tiene que ver con una historia-ciencia” (Duran, p.103) que se practica hoy. En su trabajo, logra exponer muy bien la función que buscaba Herodoto, y se evidencia de la siguiente forma “el discurso de Herodoto, guarda estrecha relación con los discursos de su tiempo. Por un lado, notamos gran continuidad con la épica, y, por otro, vemos el esfuerzo que el autor hace por separarse de ella. (...) uno de los objetivos es que no se olviden las hazañas de los hombres.” (Duran, p.106). Otras características importantes es su falta de cientificismo (como se entiende hoy) y que estaba dirigida a un público griego y no universal (contrario a lo que se haría hoy).
Todo esto podemos encontrarlo en su obra de Historias, donde Heródoto hace una narración, tanto de los persas como de los griegos, a partir de narraciones orales y cuentos que él mismo ha encontrado en sus viajes. Por último, se deben tener claras las distancias y diferenciaciones que existen entre lo antiguo y lo presente, porque ni siquiera el propósito de la escritura de la historia es el mismo, ni la metodología, ni a quién va dirigida.
Garzón, Juan Sisinio Pérez. "Usos y abusos de la historia'." Gerónimo de Uztariz 17/18 (2002): 11-24.
Carr Edward H,¿Qué es la Historia? Editorial Ariel, 2001, España, 49 - 76
de Halicarnaso, Herodoto. "Los nueve libros de la historia." Trad. Padre Bartolomé Poú (1727-1802) 1 (2000): 75.
Durán, N. (2001). Formas de hacer la historia. México: Ediciones Navarra, pp.41-141.