A Saro siempre le habían gustado los cuentos fantásticos, pero “El Principito” seguía siendo su favorito desde la corta edad de los nueve años. Todos se preguntaron por qué no había seguido una carrera que tuviera que ver con literatura, en vez de estudiar ciencias, pero para él era lógico. Su objetivo era encontrar una explicación posible para el universo del Principito, con la cual poder trabajar e intentar buscar la manera de llegar a él. Era más fácil imaginar o incluso escribir e inventar esa posibilidad, pero eso no era suficiente para Saro… no, él quería el paquete completo. Tino solo quería salir de este horrible y solitario lugar. Al principio le gustaba la soledad y la simpleza de aquel diminuto asteroide ,pero con el tiempo empezó a sentir que le quedaba chico,que era monótono y que no podía pasar su vida cuidando volcanes. Había escuchado rumores sobre un planeta llamado tierra, incluso leyó el libro que el Principito había escrito sobre ese lugar tan extraño y del amigo que había hecho. Tino quería un amigo así, una aventura. Los días pasaban para los solitarios soñadores, buscadores de otros mundos pero las cosas no cambiaban. Ya era martes primero de septiembre del año 2043, iban a cumplirse 10 años desde que Saro había comenzado su investigación y sólo había descubierto un par de datos inciertos y poco verificables, estaba decidido a renunciar. Por su parte para esa misma fecha Tino tampoco había progresado mucho, para ser realistas estaba a punto de resignarse a llevar una monótona vida en el pequeño planeta. Pero ambos ignoraban que era 1/9/43 y que en ese día todo podría cambiar para siempre. <img src="http://www.loveartnotpeople.org/wp-content/uploads/2015/05/original.jpg" width="500" height="300" alt="Two foxes"> [[Historia de Saro]] - [[Encuentro]] - [[Historia de Tino]] Solo tenía un lugar en el mundo, mi laboratorio. Una sola compañía, mis experimentos. El resto no era necesario, no comprendían, yo estaba bien así. De todas formas el tiempo me fue demostrando que no podía vivir de esa forma, pero no me importaba. Tenía que encontrar el Asteroide B 612. Una tarde, creo que era el año 2043, estaba jugando en mi laboratorio, haciendo mezclas que dieran la reacción de un volcán en erupción, poniéndolas alrededor en diversas posiciones porque era lo más cercano a estar en aquel mundo que podía hacer tras años de investigación sin resultado. <img src="https://lh3.googleusercontent.com/oek0V2Unn-370UMG2Vnc1QddVkZKLIN6cuwAHlTFTgmeFIjREssMHHcLyoScm_GifujcSLmECg=w1024-h600-rw-no" width="500" height="300" alt="Two foxes"> Estaba teniendo un buen momento, fumándome un puro, hasta que uno de mis volcanes comenzó a actuar inadecuadamente, intenté acercarme para ver qué era lo que le sucedía dejando caer el puro. Cuando estaba por llegar a él, el líquido que solía ser rojo se tornó de un verde claro, cómo el traje del Principito y brillaba con la fuerza de mil estrellas, no pude evitar pensar que tal vez por fin había encontrado la solución que tanto había buscado y sobre todo haberlo hecho inintencionalmente. No pude poner mis manos en el, cuando detonó, llegué a ver lo que parecía ser la Tierra a miles de kilometrás de distancia antes de que la explosión se llevara así el trabajo de toda mi vida y también a mí hacia esa escena y todo se volvió oscuro. [[Encuentro]] - [[Despierta]] Fue cuestión de un instante, la oscuridad se había hecho dueña de la escena.Tino, a pesar de la incomodidad producida por el dolor en su espalda, intentó pararse para encontrar al dueño de la voz. Saro, por su parte no lograba moverse a pesar de sus esfuerzos, no sentía ni sus pies ni sus manos, comenzó a desesperarse. <img src="https://lh3.googleusercontent.com/65IBiA2iQbfTTYSO07rZbSwF8kcb-lr3dzbUbWAZ-tPm2DWNd4rgjfcaNQ5WwLT6MmBOF_-WWw=w1024-h600-rw-no" width="500" height="300" alt="Two foxes"> En la búsqueda de la misteriosa voz Tino se topó con un encendedor y al encenderlo pudo ver a quien le estaba hablando,Saro también pudo darse cuenta que no estaba solo en aquel lugar. Se miraron el uno al otro, notando una gran diferencia de altura entre ellos. Saro se preguntaba en donde se encontraba, jamas habia visto a un hombre tan alto y la falta de movimiento no estaba ayudando a la situación. El silencio duró un tiempo largo, ambos intentaban procesar lo que les estaba ocurriendo. Fue Tino quien intervino presentándose. Saro no podía creer lo que escuchaba, estaba frente a un habitante del Asteroide B 612, su cabeza comenzó a llenarse de pensamientos, no sabia que decir, luego de unos segundos decidió presentarse también. Ahora le tocó a Tino quedarse sin palabras. Aunque no comprendía cómo este extraño podía venir de la Tierra, podría jurar que estaba delirando pero no quería contradecirlo. Tenía una actitud bastante intimidante a pesar de su tamaño y la fragilidad de su aspecto. Saro le habló sobre su gran interés por este universo y por el Principito, le contó cómo había pasado su vida estudiando para conseguir una manera de llegar a él, le dijo que era uno de los mejores científicos del mundo, como sus relaciones nunca duraban tanto porque la gente no podía notar lo asombroso que era y lo solo que se había sentido a pesar de estar rodeado de otras personas. Nosotros sabemos que exageró un poco las cosas, pero Tino escuchaba atentamente, sin entender demasiado porque no sabía lo que era estudiar siquiera, pero feliz de tener compañía que le hablara de sus aventuras en la Tierra nuevamente y sobre todo porque supuestamente era proveniente de ella, nada le podría parecer demasiado extraño habiendo vivido con el mismísimo Principito. Tino comenzó a contarle sobre su relación con él, la realidad de que no era nada del otro mundo este asteroide al estar solo sin tener nada para hacer y cómo era la primera vez que se enteraba que tenía una profundidad de este calibre. Luego de un rato de charla ambos se dieron cuenta de que llevaban horas en aquel lugar y decidieron hacer algo al respecto. [[Superficie]] - [[Por Debajo]] Solía tener un compañero, pero eso fue tiempo atrás, de todas formas no lo quería mucho. Era muy callado y reservado para mi gusto, me ayudaba mucho con el cuidado del asteroide, pero más allá de eso no teníamos mucha relación. Cada tanto me contaba de un viaje que había realizado hacía un tiempo, del cual después hizo un libro, pero no mucho más. Un día desapareció, lo único que dejó fueron sus materiales para limpiar los volcanes. Luego de esto me quede tan solo y amargado que comencé a extrañar las presencia del molesto Principito.Mi vida era rutinaria y aburrida, y no hice más que obsesionarse con salir de este maldito asteroide, pero con el tiempo me resigne,ya no me importaba. Transcurría el año 2043 si mal no recuerdo,estaba acostumbrado a que los volcanes se taparan aunque los limpiara 7 veces al día, y con lo poco que tenía para hacer no me resultaba molesto, pero había pasado 2 horas tratando de deshollinar un volcán y todavía no lo había conseguido. Decidí inclinarme para ver si algo le obstruía. <img src="https://lh3.googleusercontent.com/-AXdg_CjKg9I/V_rQBEdy5DI/AAAAAAAAAOw/G4tt4I2NkUME7-o0WdCYyqn3zd9gf7jcgCL0B/w530-d-h426-p-rw/STE.jpg" alt="Two foxes"> [[ Entra al volcán]] - [[Se eleva]] Estuve lo suficientemente cerca para ver claramente el interior del volcán, pero en ese momento una fuerza me empujó dentro. Caí, no recuerdo durante cuanto tiempo, hasta que al fin me estrellé contra algo rígido. Mi espalda comenzó a dolores y al mirar hacia arriba pude ver una mancha de luz. Supuse que ese era el agujero del volcán, maldije durante un tiempo antes de tantear en la oscuridad por una salida, pinche mi mano y de pronto escuché una voz, al parecer no estaba solo después de todo. [[Encuentro]] Pasó un largo tiempo y jamás llegué saber qué le sucedía al volcán, porque en ese mismo instante comence a flotar, como si toda la energía que había gastado en limpiar esos benditos volcanes y el enojo me estuvieran levantando. Cuando logré reaccionar, me dí cuenta que estaba sobre un extraño artefacto que jamás había visto. Estuve unos cuatro o cinco minutos con la cara pegada a una pared transparente, sintiendo el viento en mi espalda y viendo una especie de cielo celeste con manchas blancas hasta que vi que no era el único en aquel objeto extrafalario. No podía creerlo, estaba seguro de lo que era, estaba acompañado por un habitante del planeta Tierra. Parecía asustado, estaba haciendome señas desesperadamente y el sonido del artefacto era tan fuerte que no escuchaba sus gritos, sin embargo yo seguia fascinado con él. Lo observaba embobado, tratando de saber si esto era un sueño o si estaba ocurriendo realmente. Decidí moverme e intentar entrar al artefacto pero el viento fue muy fuerte y terminó empujandome lejos, pude agarrarme de una parte de él, pero finalmente no pude aguantar tanto y empecé a caer nuevamente. <img src="https://lh3.googleusercontent.com/-zZ52st_THbg/V_q79QKTaZI/AAAAAAAAAMo/3DasKMTYnKYpq63fppyLAL_gTk7s93T6QCJoC/w530-h707-p-rw/tp%2Bliteratura.jpg" width="500" height="300" alt="Two foxes"> [[Tierra]] - [[Otro planeta]] No quería abrir los ojos, necesitaba seguir viendo aquel color verde claro, esa luz tan intensa, ese momento en el que sentí que estaba en el Asteroide del Principito Pero no me quedó otra opción que despertar. No fue muy agradable volver a la realidad, de hecho durante los primeros días estaba negado a aceptar que estaba en un hospital, pero no pude mentirme para siempre. Con el tiempo asimile el lugar donde me encontraba, el hecho de estar solo porque había dedicado mi vida a mis experimentos y nunca le di importancia a nadie, que mis 10 años de trabajo estaban destruidos y que no me quedaba nada. Pero eso no fue lo más importante. De hecho nunca me importo cuanto me afectó la explosión tanto en lo físico como en lo material. Nada me importo en realidad. No tendría por qué. Lo había conseguido, por un segundo estuve en el Asteroide B 612. <img src="https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT0pmj_-tkxzkvBmYkrC2nwyIKKBCQa7ijLxvoYCC7umx1ESsG8" width="500" height="300" alt="Two foxes"> Después de tanto tiempo buscando una manera para salir, a Tino se le ocurrió una idea. Tal vez fuera ridícula porque el agujero estaba demasiado lejos pero era lo único que se le había ocurrido en el momento. Tomo a Saro con cuidado mientras este se quejaba y se retorcía cómo podía, maldiciendolo y reclamándole que lo soltara. Tino le explicó con paciencia su plan, que lo único que se le había ocurrido era lanzarlo por los aires en busca de algo que pudiera ayudarlos a salir, Saro aceptó a regañadientes y lo amenazó con que si lo dejaba caer sería su fin. Tino sólo río ante la amenaza de su nuevo compañero y empezó a lanzarlo con todas sus fuerzas, lo lanzo una y otra vez, hasta que en un momento Saro no volvió a caer. Tino, preocupado empezó a llamarlo preguntándole dónde estaba y qué había pasado, hasta que le respondió que a su izquierda había un conjunto de piedras que podía escalar para llegar a donde él se había quedado. <img src="http://data.whicdn.com/images/52686443/large.jpg" width="500" height="300" alt="Two foxes"> Tino decidió tomar el encendedor, sacarse la remera para usarla como leña y así poder tener sus dos manos libres. Estaban bastante inestables las rocas que sobresalían de la pared y para colmo el fuego se apagó justo cuando estaba por llegar, por lo que tuvo que ir con sumo cuidado tanteanto la pared y siguiendo la voz de Saro, el cual solo se quejaba de lo lento que era. Cuando por fin llegó a la roca más grande en la que podían entrar ambos para descansar, tomó nuevamente el encendedor y lo prendió, todavía les faltaba medio tramo o incluso más para llegar, al menos ahora el punto de luz era más grande, lo que significaba que habían avanzado bastante.Tino estaba agotado, mientras que Saro se encontraba en perfecto estado y se burlaba de lo agitado que estaba. Tras unos minutos de descanso, Tino acercó la luz hacia el borde de la roca para investigar y se dió cuenta que la pared de enfrente estaba más cerca de lo que había creído y se iba volviendo cada vez más angosto hacia arriba. Saro empezó a gritarle que intentara estirar su pierna para ver si llegaba a ella y así ir subiendo, impulsandose con una pierna de un lado y otra del otro, haciendo fuerza. Tino tomó a Saro con cuidado y lo colocó en su hombro, se sacó las medias esta vez y las prendió fuego. Sabía que estas iban a durar menos que su remera por lo que comenzó a trepar con dificultad, mientras Saro desde su hombro le daba “apoyo moral”, lo que consistía en él gritándole que se apurara, que tuviese cuidado de no dejarlo caer y cosas como esas. Tino jugaba a que se le resbalaba del hombro y luego lo volvía a colocar en su lugar, se resbaló en varias ocasiones pero finalmente alcanzaron la bendita salida. Primero sacó a Saro de su hombro y lo colocó en un lugar estable, después hizo fuerza para sacar su cuerpo del agujero de lo que él había creído que era un volcán. Al salir, vio como Saro miraba con fascinación a su alrededor, empapandose en el lugar que tanto había soñado con visitar. Para Tino no era más que un simple asteroide el cual podía recorrer en un minuto aproximadamente, pero al ver a Saro apreciarlo de esa manera pudo comprender lo especial que podía ser, su pecho se llenó de gozo y orgullo. Al fin había dejado de sentirse monótono, capaz era hora de que su aventura empezara. Agarró la regadera olvidada que estaba llena de tela de arañas y cubrió a Saro con la cajita de cristal que solía pertenecerle al Principito. Todo parecía muy similar, pero era único. Tino comenzó a caminar desesperadamente buscando una salida y empezó a sentirse molesto por lo poco que podía aportar su compañero. Luego de estar dando vueltas durante no más de media hora empezó a sentir una gran impotencia. Estaba cansado no podía seguir haciendo todo solo, volvió con su compañero en busca de ayuda. Saro esperaba malhumorado que volviera Tino con buenas noticias, pero lamentablemente no iba a recibir ninguna. Apenas lo vio acercarse noto que algo no estaba bien en el. Estaba a punto de preguntarle qué había sucedido cuando Tino comenzó a hablar, estaba completamente enfurecido, Saro intentaba calmarlo pero la falta de movimiento no ayudaba mucho. Le desesperaba no poder ir a buscar una salida por su cuenta, además el maltrato de Tino estaba causándole un fuerte dolor en el pecho, no sabia como decirle que parara. Comenzó a desesperarse, quería gritarle que parara, necesitaba poder moverse, ni siquiera podía ver su cuerpo. Tino estaba muy concentrado en su enojo como para poder ver que sus gritos hacían que su compañero se encogiera del miedo y para cuando pudo darse cuenta ya era demasiado tarde, un movimiento brusco lo hizo volar. Saro lanzó un grito ahogado, a Tino se le escapo una lagrima y pétalos comenzaron a tocar el suelo. [[Despierta]] - [[Se eleva]] El suelo que se encontraba debajo de mí se acercaba cada vez más, podía ver manchas grises y verdes en él. En ese momento pensé “Si esta es la manera con la que te reciben en la Tierra, me hubiese quedado es ese bendito asteroide” y empecé a gritar pero al momento me di cuenta que era una mala idea, muchas cosas entraron en mi boca. Miré a la derecha y vi al artefacto acercándose rápidamente, el humano abrió la puerta, se acercó hacia mí y me tendió la mano. Al menos voya tener la oportunidad de ver la Tierra de cerca antes de morir, se presentó y me preguntó cómo rayos había podido caer encima de se "avioneta". Le comenté tranquilamente cómo había sucedido todo y de mi desventura, pero el no volvió a responderme por lo que decidí callarme. "Aterrizamos", según lo que el informó al aparato que estaba cerca de su boca, en un lugar lleno de plantas altas que tenían flores amarillas muy grandes. <img src="http://g02.a.alicdn.com/kf/HTB1R0gkHVXXXXXqXpXXq6xXFXXXV/DIY-painting-by-numbers-with-frame-picture-on-wall-abstract-drawing-by-numbers-unique-font-b.jpg" width="500" height="300" alt="Two foxes"> Caminamos un rato en silencio, supongo que él no sabía realmente que decir y yo estaba demasiado nervioso. Pasaron unas tres horas hasta que nos comunicamos nuevamente, ya no podía tolerar el silencio ni tampoco mucho más tiempo caminando. Empecé por decirle mi nombre y de donde venía, luego le dije que estaba cansado y si faltaba mucho para llegar a nuestro destino. Me respondió que llegaríamos en media hora. Iba a pedirle descansar pero noté que no era una buena idea, parecía enojado. Cuando finalmente llegamos me decepcioné un poco, no era más que una casa chiquita e insignificante. El hombre entró y me dejo afuera un buen rato, estaba apunto de irme cuando una joven abrió la puerta y me dejo pasar. Recorrí un largo pasillo hasta entrar a una gran habitación en la que descansaba un hombre de mal aspecto y con muchas arrugas, me costó reconocer que era un hombre ya que estaba conectado a varias máquinas, odría haber sido un robot. Apenas me vio comenzó a gritar que yo no era la persona que él había estado buscando, yo estaba a punto de salir corriendo cuando lo escuche pronunciar el nombre de mi viejo compañero de asteroide, eso llamó mi atención y me acerqué a él. Conversamos durante horas, estaba frente a nadie más y nadie menos que el hombre que siempre había querido, ese amigo del cual había oído tantas historias por parte del Principito, nnca me había sentido tan a gusto. No recuerdo el momento en el cual me golpee contra el suelo, solo recuerdo que me dolía todo. Abrí los ojos lentamente y vi como el dueño del extraño artefacto se encontraba también en el suelo. Luego de varios intentos logré pararme y me acerque a él. Estuvimos un rato mirándonos y al ver la confusión que reflejaba su cara me di cuenta de que tal vez el tampoco sabía donde estabamos. Me costó decir que emocion me provocó este hecho, si estaba asustado, si estaba molesto con el hombre o si estaba feliz de haber salido de aquel maldito asteroide. Decidí que probablemente sentía un poco de cada. Mientras hacía todo este razonamiento no me di cuenta de que mi compañero estaba intentando pararse asíque le tendi la mano. Una vez que logró incorporarse comencé a interrogarlo, no sirvio de mucho, al parecer era un hombre de pocas palabras. Solo logré confirmar que también se encontraba perdido y que la idea no le causaba ninguna gracia. Decidí no preguntar más y presentarme, pero no mostro mucho interes en lo que le decía. Me paré y comencé a caminar, no podía creer el tamaño de aquel planeta, especialmente después de pasar toda mi vida en un lugar tan pequeñocomo lo era el asteroide. Pasamos varios días sin hablar mucho, el hombre estaba preocupado por arreglar su artefacto y yo por explorar el lugar. Con el paso del tiempo comencé a extrañar un poco mi pequeño hogar. El nuevo planeta era demasiado grande para dos personas, especialmente si una de ellas está encerrada en sí misma. Más de una vez intente comunicarme con él, pero decía que estaba demasiado ocupado con cosas que yo no entendería. El principito lo hubiera calificado como cien por ciento adulto. Cansado de fallar en todos mis intentos por comunicarme con él opte por un nuevo camino, fui directo hacia él y le pedí que me dibujara una rosa. Supongo que no quería que lo molestara más asi que tomo una rama del suelo y dibujo un cuadrado, estaba a punto de darme una explicación sobre el dibujo cuando me adelanté y le dije que yo tampoco quería que a la rosa le pasara nada, el hombre sonrió y se sentó a mi lado. Me contó que su abuelo le había enseñado a dibujar, pero que nadie comprendía sus dibujos, hablamos un rato y me ofrecí a ayudarlo con su máquina y por fin accedió. Lo cierto es que luego de unas semanas de fracasar en todo intento por arreglar renunciamos, habíamos construido algo más importante, lo había conseguido, al fin tenía un amigo. Tal vez este planeta tuviera más cosas que debríamos descifrar.