Científicos de la Universidad de Moron ("de capacidades diferentes" en el inglés original) logran aislar las nuevas falacias que se suman a las ya clásicas "ad hominem" (el ataque a la persona) y "ad populum" (la apelación a que una gran mayoría lo cree). Los nombres de los científicos brillantes que detectaron razonamientos inválidos hasta ahora no conocidos no importan. Nombrarlos sería incurrir en la falacia de apelación a la persona.\n\nLa denominada "falacia del porteño falso", consiste en salvar una hipótesis ad hoc pretendiendo refutar la refutación. Ejemplo: \n- Todos los porteños son agrandados, hacen asados y juegan bien al fútbol.\n- Jorge Luis Borges, no.\n- Eso confirma que no se trata de un verdadero porteño.\n\nCon el imperio de lo políticamente correcto, la discriminación inversa nos lleva a la "falacia de la superioridad del hombre de color con capacidades diferentes de preferencias sexuales alternativas y orientación religiosa especial", pero el último que intentó explicarla continúa detenido.\n\nLa "falacia del marxista resentido": recientemente replicada por un vándalo de los nuevos trenes Sarmiento, esta falacia consiste en responsabilizar al sistema capitalista de todo delito que se cometa contra él, por no haber asegurado una educación ética en los ciudadanos que se permiten cometer estos crímenes.\n\n"Falacia del argumento ridículo desconcertante": De enorme variedad, esta falacia no puede ser suficientemente ejemplificada. Determinar los límites de la falacia del argumento ridículo desconcertante es arduo y hasta se ha considerado que la negativa científica a una síntesis final es en sí misma una falacia del argumento ridículo desconcertante. Un ejemplo muy discutido es el de Maxi Lopez en respuesta a su ex esposa [[Wanda Nara]], quien insinuó la dificultad de un intento de robo a una Ferrari que va por la autopista a cien kilómetros por hora: Mogólica, idiota, hija de puta, te voy a arrancar la cabeza. Este ejemplo ha sido parangonado con la célebre respuesta de Churchill a Pablo Picasso, consultado acerca de la preparación del pollo al curry, tema arduamente tratado en el libro "Manos que Curran". Sin embargo, Derridá objeta una diferencia de orden ontoteológica que obligaría a la ciencia a subdivir esta categoría para subreinar.\n\n"Falacia de la promesa no recordada": Muy utilizada por infantes, funciona del siguiente modo: \n- Papá, quiero ir al zoológico.\n- No, hijo, imposible. Con este frío te vas a pescar una pulmonía triple y además sería engrosar la cuenta bancaria de Gerardo Sofovich, cosa que no deseo hacer pese a que su ex le gastó diecisiete mil dólares de la extensión de su tarjeta de crédito antes de que llegara a cancelarla.\n- Pero vos me prometiste...\n\n"Falacia del penal no cobrado": Estrictamente aplicada al fútbol, consiste en una mala inteligencia de la justicia arbitral. El error que comete el referí al favorecer a un equipo se compensa con otro error para perjudicarlo. Ejemplo: -Aquí vemos a Diego Simeone protestando por haber jugado cinco minutos de más el segundo tiempo suplementario pero de la patada de su jugador, que merecía ser expulsado, no dice nada. Es cierto que ese jugador está amonestado solo porque el árbitro anuló un gol al equipo contrario en compensación por el penal que cobró y que luego la televisión informó se trataba en realidad de un marsupial albino que se creía extinto, si bien Erasmus Darwin lo nombra en su libro "Cómo se extinguió el marsupial albino más grande que una casa acá y en la China". \n\n\n
Por primera vez, pese a la oposición del Vaticano y bajo la consigna "atrévete a ser quien tu quieras, diga lo que diga tu esposa", la ciencia logra reproducir en laboratorio la génesis del insight que constituyó la constelación de sinapsis que llevaron a un jóven Julius Marx, en lo sucesivo conocido como "Groucho", a formular su primer chiste. El experimento, en el que participan numerosos países de la comunidad económica europea, la mayoría de los Estados de Norteamérica, tres plomeros independientes a los que le fue muy bien en la vida y dos multimillonarios que buscan evadir impuestos, replica la conexión eléctrica y la química que involucra a neurotransmisores del orden de la dopamina, la oxitonina, serotonina, ácido gamma-aminobutírico, en la creación inmortal del inmenso comediante. \n\nTras la decepción del acelerador de partículas y la reproducción del estado del planeta en el surgimiento de la sopa primigenia, este éxito cobra un valor acaso exagerado, del mismo modo en que nadie recordaría tanto a Maradona si Messi ya hubiera ganado la Copa. Sin embargo, el chiste que marcó el inicio de la carrera humorontística del inolvidable judío americano de ascendencia alsaciana, con casa ocho en Virgo, aparece ante los ojos del mundo como la frutillita del postre que se erige por sobre el surgimiento del universo mismo. Vale decir, ¿podríamos hacer un chiste de no mediar la vida inteligente? En el paper que recoge en su última edición la revista Science and Stupidity, se consigna que el puntapié inicial en la larga serie de éxitos ininterrumpidos del glamoroso monarca del ingenio no habría tenido otro origen que la pobreza extrema en una familia numerosa, salpimentada de amargura hebraica devenida en queja ingeniosa, como repentización en la réplica competitiva tras la ingesta de un rábano amargo característico de las festividades del día de Acción de Ingratitud. El descaro que más tarde sería la sempiterna cara visible de Groucho Marx, metonimizada por su eterno bigotito, habría surgido tras dos noches de mal sueño, un dolor de muela en el contexto de la ausencia de obra social y la emisión de un programa por entonces en boga de puericultura, en el que se aseguraba que los niños al abrazar un osito se preparaban ellos mismos para ser padres. La madre de Groucho le pidió que le pasara la sal, y es allí cuando, notando lo insulso del momento, Chico dice "Necesitamos un remate" y Groucho contesta sin dudar (se disparan señales aferentes en el hipotálamo) "Si no consigo ser gracioso esta semana, nos van a rematar la casa". \n\nErin Fletcher, viuda de Groucho Marx, aseguró que el chiste pertenecía en realidad a Milton Berle, y que por ende toda la experiencia carece de validez. El director del equipo científico, responsable del departamento de neurociencias de la Universidad de Columpia, aseguró que no importa si la autoría intelectual es de Groucho o de Berle, lo importante es no deberle al público la explicación química de lo que sucede un cerebro que tiene esa idea. De hecho, su ayudante dio entender que están trabajando en una sustancia llamada grouchomarxina, que se sumaría a los psicofármacos que combaten la depresión, dado que aseguran que todos nosotros podemos realizar chistes irreverentes con el denominado cérebro reptil, recapturando la reactividad emocional límbica que el Malbec nos ayuda a olvidar. Para Erin, este fracaso científico solo puede compararse al de la física cuando por motivos narcisísticos postuló al oxígeno como elemento superior, solo porque nosotros lo respiramos. El socialmendelievismo, hijo bobo del socialdarwinismo, había sido un intento más por racionalizar el dominio del planeta. La viuda aseguró que trajeará a todos los involucrados, pero podría tratarse de una mala traducción, y los demandará. "Un traje no nos vendría nada mal" dijo el ayudante y mal vestido postulador de la grouchomarxina como neurotransmisor innato. "Creo que hay que bajarle los decibles a este diálogo de sordos".
Hoy en "Periodismo para Todos y Todas" te vamos a contar un negociado del cual participan todos los partidos políticos, la clase tediosa impune. El curso de humor de Martín Brauer comenzó en la época de Frondizi con la cátedra "Un Tranvía Llamado Deseo" e incluyó una densísima clase dedicada al presunto "humor" en Borges que el intendente de Buenos Aires en ese momento declaró "de interés cultural". Miles de alumnos desde entonces, si bien se matan de risa con las otras clases, soportan las dos horas más aburridas de su existencia terrenal oyendo a este autodenominado "profesor" "de" "humor", demostrar lo desopilante que es "El Aleph". En 1973, aparentemente existió un intento de Cámpora por suprimir este chanchullo vergonzante que inquietaba a organismos internacionales de prestámo de chistes. Sin embargo, la clase pesadísima siguió teniendo lugar refrendada por todo el arco político durante la dictura cívico militar y en la actual dictadura nacional y popular. Un testaferro de Nestor Kirchner, Carabela Rodriguez, renovó la licitación de los chistes de Borges por veinte años más y Héctor Lombardi, con la excusa de que la ciudad ahorraba millones, le prorrogó la excención al impuesto al IVA. Una clase que pagamos con nuestros impuestos. \n\nTenemos acá una cámara oculta, un tape que le hicimos a una ex alumna.\nJorge Lanata: -¿Había leído algo de Borges alguna vez?\nTestigo clave anónima: -Había leído un poema que después me dijeron que era apócrifo. Un poema falso de Borges, como es falso todo en él, hasta el humor, no solo la modestia.\nJorge Lanata: -¿Los preparó el profesor para una experiencia tan soporífera?\nTestigo clave anónima: -Para nada. Las clases estaban copadas y eran un cago de risa. El profe venía drogado y hasta creo que disfrazado. De pronto, me sentí vejada. No pagué diez pesos por hora para sufrir semejante defraudación intelectual. Exigí por supuesto la devolución de mi dinero. \nJorge Lanata: -¿Y qué te dijeron en el Centro Cultural Rojas?\nTestigo clave anónima: -Me dijeron que no había antecedentes de devolutividad, que podía denunciar penalmente al docente, y hasta embargarle su departamento, pero que la presunta aburribilidad de Borges no era óbice para que ellos se embolsaran los peniques que tan duramente erogué. Les rogué que tuvieran en cuenta que me río con Tinelli y carezco de la formación necesaria como para entender millones de referencias eruditas al pedo. Me aclararon que si hacía juicio conceptual lo ganaba pero iba a ser mortalmente tedioso e iba a incluir epítetos desplazados, sintáxis británica, [[intertextualidades escandinavas]] y malicia snob, pero yo solamente quiero que ninguna mujer vuelva a pasar por esto.